...cada vez que me pregunta sobre los sobres rechazados se pone a
llorar como una Magdalena, toda su chulería y arrogancia se
desvanece, me da verdadera pena, todos los hombres son iguales, en el
fondo unos niños. ¿Y a don Salvatore? A éste le dije que no me
parecía oportuno. Buuaaaa ¿Y a Angelo? Igual. Buuuaaaaa ¿Cómo has
podido? Son la familia, mamma mia, rechazarlos es peccato mortale,
¿cómo voy a mirarlos a la cara?, eso si vuelvo a verlos. Cariño,
creo que exageras, y haz el favor de no arrodillarte que vas a dejar
el pantalón hecho un asco, eres como un niño. Dime que al menos
aceptaste el sobre de La Bestia. ¿De qué bestia? De Don Corleone. A
ese señor le dije que era de muy mal gusto hacer este tipo de
regalos de boda. Estamos muertos. Que sepas que mis padres se han ido
muy disgustados contigo.
CREO, cuando la muestro, raramente queda claro su significado. En esta polisémica voz he unificado otras palabras que me agradan: incierto, misterio, oculto, también firme, inmutable y mucho, creatividad o fantasía. Creo firmemente en lo antes citado y al pensar en ella, mi imaginación despierta y crea quiméricos espacios dónde poder colocarla. (los textos que aquí dejo, tienen como máximo 200 palabras, el nº que encabeza los escritos, es la cantidad de palabras que atesora la publicación).
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